Siempre hubo cierta rivalidad entre nosotras, nunca nos llevamos del todo bien, decíamos ser mejores amigas,
mentíamos las dos. Nuestra relación no era del todo buena, en ella se interponían los
celos, las
mentiras y los
plagios. La cosa comenzó bien hasta que la enemistad se ensanchó y dejamos de hablarnos.
Los que llamábamos buenos momentos lo eran, hasta cierto punto que dejaron de parecerlo.
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